El 22 de julio de 2021, en el podcast de The Verge, Mark Zuckerberg, dueño de Facebook, sorprendió a sus inversionistas y seguidores con un nuevo proyecto: el metaverso. Se trata de un universo virtual, una extensión digital del mundo real. No hay duda de que el creador de la red social más importante de las últimas décadas concibe este nuevo proyecto como el futuro de la interacción social y laboral en internet.
Si bien la iniciativa del metaverso surge de las redes sociales, también puede extenderse a diversos sectores, como la educación continua. En el ámbito educativo, esta tecnología generaría cambios significativos. Visualiza, por ejemplo, estudiar con tus compañeros en un entorno de realidad virtual, utilizando un avatar que te identifique. En tu salón virtual del metaverso, podrías interactuar con tus compañeros y profesores. Luego, podrías trasladarte virtualmente a la biblioteca para solicitar el préstamo de libros. Enseguida, irías a la cafetería para compartir un jugo y un sándwich con tus mejores amigos, y pagarías con criptomonedas, mientras conversas sobre temas del curso y aspectos personales o de ocio. Esta rutina sería semejante a la que seguirías de forma presencial, pero ahora estarías en un mundo virtual.
Es realmente impresionante, ¿verdad? Aunque parezca un sueño, es sorprendente la proyección de Zuckerberg, pues él plantea que este entorno puede hacerse realidad en los próximos cinco años. Para ello, se requiere mayores avances tecnológicos, como los dispositivos de realidad virtual, que actualmente no son muy cómodos y económicos. Es importante resaltar que este proyecto es también apoyado por empresas como Apple, Nvidia, Sony, Alibaba, entre otras (Horcajo, 2021).
Según Rabindra Ratan, profesor asociado de Medios e Información de la Universidad Estatal de Michigan, existen tres aspectos claves del metaverso: presencia, interoperabilidad y estandarización. La presencia es la sensación real de estar en un espacio virtual con otros pares. Por otro lado, la interoperabilidad se trata de poder moverse sin problemas entre espacios virtuales con los mismos activos digitales, ya sean avatares, criptomonedas u otros. Finalmente, la estandarización permite la interoperabilidad entre plataformas virtuales y servicios en todo el espectro del metaverso.
En suma, parece que llegó el momento esperado por todos los amantes de la ciencia ficción: la tecnología tendrá un mayor impacto para transformar las interacciones humanas. Las áreas de educación continua de universidades asociadas a RECLA tenemos la responsabilidad de prepararnos para los próximos años. Por ello, es necesario investigar todo lo concerniente al metaverso, acercándonos a las soluciones tecnológicas en este nuevo universo digital. Así podremos adaptarlo a la realidad de cada institución, manteniendo los estándares que el metaverso nos exige en este gran proyecto que muy pronto nos envolverá con su energía digital.
Oscar Silva
Gestor de contenido multimedia
Universidad de Lima